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Lecciones con historia

Publicado: 2011-10-03

Publicado en El Universal On Line 3 de octubre de 2011

Buenos Aires-Los presidentes pueden darse el lujo de no saber de economía. Pueden no entender nada de cuestiones energéticas y tampoco de finanzas. Para todo eso cuentan con ejércitos de ministros, colaboradores y asesores. Pero lo que no se pueden permitir ignorar es la historia. Hay que saber de historia y acudir a ella. Principalmente en los momentos de crisis. No basta con leer a esos divulgadores de obviedades que se convierten en best seller plagiando revistas escolares, para articular el pasado al gusto del relato de los mandatarios. Hay que estudiar y comprender los hechos históricos en toda su dimensión y desde todos los ángulos. Nadie duda que Evo Morales es un mandatario inteligente, rápido de reflejos y ligero para captar los movimientos del poder como lo vino demostrando desde el 2002 como líder opositor y desde el 2006 en la presidencia. Pero en sus largas jornadas de trabajo no parece quedarle tiempo para remontarse a la historia de hace más de cinco siglos. Esa que se juramento transformar cuando llegó al poder. De haberlo hecho, no hubiese caído en la trampa del conflicto del TIPNIS, la reserva natural más bella e imponente del Amazonas boliviano, donde su gobierno terminó reprimiendo a las etnias que allí lo habitan. La defensa de la Madre Tierra en la cosmovisión de esos pueblos no permite la negociación con los colonizadores ni con imperio alguno. Eso es así tanto con la llegada de los españoles a comienzos del siglo XVI como ahora con la arremetida comercial de los brasileños.

Es el periodista brasileño, Clovis Rossi, el que insiste con la tesis de Brasil en su nuevo rol de "imperio" sustituto en la región. Y muchas de lo ocurrido en estos días en Bolivia como lo que vaya a ocurrir esta y la próxima semana le darían la razón.

La construcción de una carretera que atraviese desde Villa Tunari (Cochabamba) hasta san Pedro de los Moxos (Amazonas); ayudaría a tener cierto acceso a las exportaciones bolivianas ya sea por el Pacífico peruano y atlántico brasileño. De paso se cerraba un acuerdo con un consorcio brasileño el OAS, y así cumplir con un pedido de Brasilia, según fuentes que hasta pocos meses pertenecieron al mismísimo Evo Gobierno.

OAS, en Brasil es una empresa acostumbrada a la obra pública en su país y en otros de la región. Hoy lo hace con el padrinazgo del Partido de los Trabajadores, según algunos Wikileaks habría aportado fondos a la campaña reeleccionista de Evo Morales en 2009. De ahí las sospechas del por qué del empecinamiento por la cinta asfáltica y por qué la poca voluntad gubernamental a cumplir con su palabra de consultar a las comunidades hasta obtener su beneplácito cualquiera sea el proyecto.

En otros tiempos, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), la OAS había sido bautizada como "Obras Arrancadas por el Suegro", en referencia a que uno de sus funcionarios era yerno de Antonio Carlos Magalhaes, uno de los caudillos políticos más influyentes de Brasil, junto al ex presidente José Sarney. Para los gobierno del PT, ya no importa eso, mucho menos las referencias ideológicas de Magalhaes, fallecido en julio de 2007.

Otros nombres y otras empresas, generaron una nube de corrupción que marcó a fuego la primera etapa del gobierno de Dilma Rousseff en Brasil. Fue la acción contra esos nombres y esa corrupción que hoy la mandataria puede, con una acertada lectura de la historia reciente, disfrutar de una popularidad de tinte lulista. Llegó al 71 por ciento y su versión brasileña del "Mani puliti", sigue avanzando aún esta semana y durante una temporada más. Hasta agotar el stock de balas políticas para cazar adeptos. Rousseff debe seguir construyendo su propio poder, además de administrar el que heredo de su antecesor.

Pero el gobierno de Dilma también trastabilló junto al de Evo en el Tipnis. El Banco Nacional de Desarrollo Social (BNDES) que había financiado a la OAS, parte de la obra, suspendió el crédito y Evo quedó atrapado en su propio discurso y en su propia concepción de su inaugurado Estado Plurinacional.

Esta semana tendrá tiempo de lamentarse de no haber leído la historia de sus hermanos aborígenes. De cómo ellos también poblaron las calles ayudando a los mestizos de las ciudades a pergeñar -cartuchos de dinamita en mano- la revolución del 52 o más cerca aún la salida de Gonzalo Sánchez de Lozada para allanarle a él mismo, el camino hacia el poder. Nuevas marchas, nuevas protestas y el avance de la marcha desde el Tipnis hacia la paz marcarán sus horas más angustiantes de su segundo mandato. Ya adelantó el propio Evo que esa marcha, que debería llegar el 13 o el 14 de octubre (en víspera de las elecciones judiciales) "buscan atentar contra la democracia". Aún tiene tiempo de leer el capítulo respectivo para evitar escenarios peligrosos. Lo mismo que sus colegas deberían repasar otras partes de la historia. Hugo Chávez, por ejemplo, que suele jugar su enfermedad como arma política, debería leer como terminaron otros caudillos con jinetas en el continente El otro compañero de discurso, Rafael Correa, podría sincerarse de una vez y decirle a los ecuatorianos que lo de él se parece más al caudillismo del derechista fallecido en siembre de 2008, León Febres Cordero (1984-1988) , que cualquier revolución que se precie de tal y a la colega de todos, Cristina Kirchner, que jugar con la inflación y el dólar barato puede traer aparejado aquella "Plata Dulce" de la economía neoliberal que plasmó la dictadura y la consolidó Menem. A la vista están los argentinos y argentinas que desde Cancún colman los vuelos, antes de que la economía, como la historia reciente, aterrice de golpe. Y que decir de Sebastián Piñera. Al mandatario chileno le sobra bibliografía para repasar. Convencido ya que con ser un empresario exitoso no alcanza, deber apelar al rica historia política y democrática de su país, ahora que las tentaciones de "mano dura" llegan en forma de "papers" a su despacho. Aún así, un acuerdo con los estudiantes parece ir alumbrando para escribir otra historia. Y a la que siempre los presidentes necesitan apelar para encontrar allí lo que no deben hacer. Si lo que de verdad buscan es cambiar la realidad de sus gentes y la propia historia.


Escrito por

josevales

Soy José Vales y dicen que nací en el policlínico Eva Perón de General San Martín, en 1962. Que soy periodista desde 1985 y en los ratos libres se los dedicó al café. Dicen que después de años de vendedor (voceador o canillita)de periódicos en la vía pública y


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