Los Kirchner y su propio "Les Invalides"
Hoy se cumple un año de la muerte del ex presidente argentino, Néstor Kirchner. Sus restos fueron trasladados al mausoleo (foto) que su amigo, el acaudalado empresario Lázaro Baéz le regaló a la familia, como una forma de homenaje al amigo. La ceremonia contó con la presidenta Cristina Fernández viuda de Kirchner y sus hijos.
Lo recorrimos hace unos días cuando se le daban sus último retoques, y sorprendió por lo desproporcionado de su tamaño comparando con el resto de las tumbas de la pequea necrópolis de Río Gallegos. A continuación la crónica
Río Gallegos (Santa Cruz, Argentina) En uno de los tantísimos días grises que le dan el fondo a esta ciudad costera y desapacible por donde se la mire, con menos frío que lo habitual para esta época, un mausoleo de proporciones gigantescas para las tumbas diminutas y las bóvedas de escasa altura se impone en el cementerio local. Una decena de obreros trabaja con un ojo puesto en los últimos detalles de la construcción y otro en un hombre solitario que se acerca. No vaya a ser cosa que sea periodista. Ellos no necesariamente comparten las fobias contra los periodistas del personaje que en vida fue Néstor Kirchner y cuyos restos quedarán depositados en ese edificio en unos días más. Pero obvio. Acatan órdenes de “los jefes”.
El mausoleo es digno de un patriarca o de un emperador. Y aquí Kirchner lo fue desde 1991 cuando alcanzó la gobernación. Este fue su feudo y sus dominios políticos y económicos por eso su amigo, el empresario Lázaro Báez, decidió construirlo en su honor. “Después de haberlo beneficiado como lo hizo en todos estos años, hasta pudo haberle hecho hasta un edificio de 20 pisos”, bromea un mesero del restaurante ubicado en la Avenida Kirchner (ex Roca hasta hace unos días).
Se trata de una imponente estructura de 625 metros cuadrados, de un gris profundo a tono con el clima. Si se tiene en cuenta las dimensiones del cementerio y, por qué no, de esta pequeña capital Patagónica habitada por 94 mil habitantes, un mausoleo mucho más grande que los que albergan a Juan Perón y Carlos Gardel en el cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires, bien puede ser calificado de desproporcionado. Y eso sólo por citar al político más importante de la historia moderna argentina y al mito perfecto de los argentinos. Ahora que el gobierno encaró el proceso de convertir al extinto ex mandatario en mito.
Poco y nada importó que las autoridades de esta ciudad, en manos de la oposición radical, hayan luchado desde hace años contra el poco espacio de la necrópolis local. En tiempo récord el Concejo Deliberante autorizó la construcción de este edificio de dos pisos, con un subsuelo donde será depositado el féretro con los restos del ex presidente NyC (como apodan a los Nacidos y Criados en la Patagonia).
“Nunca pensé en hacerle este regalo a Néstor”, dijo públicamente hace días el cuestionado Báez, favorecedor de innumerables contratos de obra pública tanto aquí, en Santa Cruz como en el resto del país.
Por si acaso un obrero con rasgos del altiplano argentino o boliviano, avisa que no se puede sacar fotos. Seguramente por órdenes del propio Báez o de la familia presidencial. A los fines poco importa.
Desde el punto de vista político, esta suerte de “Les Invalides” (el monumento parisino donde reposan los restos de Napoléon) también tendrían una explicación. Fue al regreso de su reciente viaje a París, donde la presidenta, Cristina Kirchner dio parte de su admiración por Napoleón al decir que “es un personaje que a mi me gusta mucho. A mi Bonaparte me gusta porque soy peronista. Siempre desde cierta izquierda nos acusaron de bonapartistas. Bueno, no me importa, seremos bonapartistas. La figura de Napoleón me parece increíble…” Con una facilidad para poner la historia en un “Mixer” la mandataria confundió a Napoleón I con el III, al que llevó adelante el 18 Brumario contra el Directorio de la Revolución con su sobrino que dio otro golpe en 1851 para perpetuarse en el poder. Si se tiene en cuenta como el I Napoleón supo perseguir a la prensa a través de su Ministro de Policía, Fouché, y de la concepción que los Kirchner tuvieron y tienen del poder, la referencia errónea de la mandataria no habría sido tal, sino una suerte de síntesis de los que hasta aquí fue la historia de los Kirchner. De ahí que ya tengan su propio “Les Invalides”, en estas lejanías.